lunes, 13 de mayo de 2013

Ampliación por el sur: el caso griego (1981)



Tras la guerra civil de 1944-49, el reino de Grecia se había orientado abiertamente hacia el campo occidental, como miembro de la OECE, la OTAN y del Consejo de Europa. En julio de 1961 fue el primer país en firmar un acuerdo de asociación con la CEE, con el horizonte de integrarse en la unión aduanera de 1982. Sin embargo, estaba muy alejado del nivel de las economías comunitarias y tanto su legislación como sus políticas sociales debían transformarse profundamente.

La política interior griega era muy inestable y la efectividad del régimen parlamentario estaba limitada por la Fuerzas Armadas. El golpe de Estado en 1967 y la implantación en 1969 de una represiva dictadura (“régimen de los coroneles”) motivó el retiro de Grecia del Consejo de Europa hasta 1974, cuando en noviembre de ese año volvieron a celebrarse elecciones democráticas.

Tras la proclamación de la República y la aprobación de una nueva Constitución, el gobierno griego reanudó el proceso de concertación aduanera con la CEE y solicitó la adhesión plena el 12 de junio de 1975. Las conversaciones se prolongaron más de dos años por la resistencia de la oposición socialista del país y las de la Comisión Europea a la que preocupaba que el PIB griego fuera un 50% inferior a la media comunitaria.

Las ventajas de la adhesión para Grecia eran grandes pero la adaptación económica comportaría transformaciones internas con un gran impacto social.

A favor de Atenas jugó el interés político de París y Bonn en reequilibrar el impacto de la entrada del Reino Unido, Irlanda y Dinamarca en la Comunidad, mediante la potenciación de un eje meridional al que no iban a tardar en incorporarse España y Portugal. En febrero de 1976, contra el criterio de la Comisión, el Consejo aprobó la adhesión griega. El Acta de ingreso se firmó el 28 de mayo de 1979 y entró en vigor el 1 de enero de 1981.

Comenzaba un periodo transitorio de cinco años para la incorporación a la unión aduanera, y para la adaptación al régimen de precios de la PAC y siete años para que los griegos accedieran libremente al empleo en otros países comunitarios.
La entrada de Grecia, un país de economía agraria, balcánico y de religión ortodoxa, suponía un giro geopolítico para una Comunidad Europea católica y protestante, muy industrializada y orientada hacia la Europa Central y septentrional.

Fuente: usuario Pilux del blog Página No Oficial de Uned-historia

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