jueves, 14 de noviembre de 2013

El Libro de la Salida al Día (II)


Primera parte: el cortejo fúnebre.
“Comienzo de las fórmulas de salir al día, de la exaltación y de la glorificación, de salir y de entrar en la necrópolis. Es una cosa útil en el hermoso Occidente, que se dice el día del entierro, de la entrada después de la salida. Se dice: (...) Oh vosotros, que hacéis que las almas perfectas entren en la casa de Osiris, haced que el alma perfecta del Osiris N entre con vosotros en la casa de Osiris, de manera que él oiga como vosotros oís, vea como vosotros veis, se levante como vosotros os levantáis, se siente como vosotros os sentáis. Oh vosotros que dais pan y cerveza a las almas perfectas en la casa de Osiris, dad pan y cerveza, de día y de noche, al alma del Osiris N, justo de voz ante los dioses señores de Abidos, justo de voz ante vosotros. Oh vosotros que abrís los caminos y allanáis las vías para las almas perfectas en la casa de Osiris, abrid los caminos y allanad las vías para el alma del Osiris N...” (LSD 1).



“Fórmula para hacer que un ushebti haga los trabajos de la necrópolis. Se dicen las palabras: Oh tú, ushebti, si se convoca al Osiris N justo de voz para hacer todos los trabajos que se hacen allí en la necrópolis, (...) acude tú, en cualquier momento en que se trabaje para cultivar los campos, para regar las riberas, para transportar por agua la arena del Occidente y del Oriente. – ¡Lo haré yo! ¡Heme aquí! – debes decir” (LSD 6).

Segunda parte: la regeneración del difunto. 
Una serie de fórmulas tienen la finalidad de regenerar al difunto, purificándolo, devolviéndole su individualidad, su poder mágico, su corazón y su nombre, e impidiendo que los gusanos devoren su cuerpo o que su carne se pudra. También lo protegen de animales maléficos, como serpientes, cocodrilos o insectos. El corazón es la sede de la memoria, y es devuelto al difunto para que testifique sobre su conducta en vida ante el tribunal de Osiris. Por eso, una fórmula lo conjura para que no testifique en contra del difunto.
“Fórmula para no permitir que se mantenga lejos el corazón del Osiris N en la necrópolis. Se dicen las palabras: Oh corazón mío de mi madre, oh corazón mío de mi madre, no te alces contra mí como testigo, no te opongas a mí en el tribunal, no te vuelvas contra mí ante el Guardián de la Balanza. Tú eres mi ka que estuvo en mi cuerpo, el protector que hizo fuertes mis miembros. Si tú te decantas por el bien, estaremos a salvo. No calumnies mi nombre ante el tribunal que asigna su posición a la gente. (…). No digas mentiras contra mí ante el dios excelso, señor del Occidente (...). Colocar las palabras sobre un escarabeo de jade, montado en electro y con un anillo de plata. Sea colgado del cuello del espíritu [= el difunto]” (LSD 30B).


Fuente: curso Coursera de Egiptología de la UAB.

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