domingo, 25 de septiembre de 2011

Mirada crítica sobre la reconstrucción del pasado (y III)


La renovación documental, la revolución historiográfica. El surgimiento de las Ciencias Sociales y la Historia Social.

1. La circunscripción histórica de los primeros annales (Annales de historia económica y social).

La Escuela de los Annales es una escuela historiográfica, denominada así por la publicación de la revista francesa Annales d'histoire économique et sociale (después llamado Annales. Economies, sociétés, civilisations, y renombrado en 1994 como Annales. Histoire, Sciences Sociales), en donde se publicaron por primera vez sus planteamientos. La escuela de los Annales se caracteriza por haber desarrollado una historia en la que se han incorporado otras ciencias sociales como la geografía, la sociología, la economía, la psicología social y la antropología, entre otras. Existen 4 generaciones.

Revolución historiográfica en el plano de la producción histórica. Su aparición supone una modificación de las problemáticas que había dominado el ámbito de la producción académica. Sin embargo no surgen de la nada.

• Los antecedentes teóricos alemanes:
- El positivismo historiográfico (corriente dominante).
Historiografía académica asociada a la figura Leopold von Ranke. Modelo fuertemente nacionalista.
- El materialismo histórico.
Historiografía marxista (Marx, Engels). Se rechaza el modelo centrado en la narración y explicación intencional de los acontecimientos políticos. Se analiza la estructura y la dinámica de las formaciones socioculturales (capitalismo, feudalismo, esclavismo). Se deja a un lado los estudios idealistas de carácter intencional.
- La historiografía crítico-académica.
Se tiene que atender a una pluricausalidad social (Marx Weber). Existen factores de carácter material (como decía Marx) y factores de índole ideológico.

• Los antecedentes teóricos franceses:
- La sociología de E. Durkheim y F. Simian.
Carácter reflexivo. Lo importante es la regularidad social (fenómenos humanos de masas). Se puede establecer hipótesis de los elementos que se repiten (leyes tendenciales de la sociedad)
- La geografía de Vidal de la Blanche.
En el estudio de la historia es necesario dar importancia a la geografía. Ésta ya no es un simple telón de fondo. Es un verdadero agente activo del drama histórico pero no intencionado. El clima, las vegetaciones, etc. pueden influir a las sociedades humanas (ej. Pastoreo, trashumancia).


2. Los annales en singular.

No es una escuela propiamente dicha sino un movimiento. Existen diferencias entre los autores aunque existen otros aspectos comunes.

• Una historia social (ideas, imprenta, familia burguesa, representaciones colectivas en la Edad Media, etc.). Los objetos de investigación nunca pueden ser analizados al margen del sistema de relaciones sociales dentro del cual adquieren sentido. Se puede hacer historia de casi todo (ej. Clima, muerte, infancia, familia, civilización material, utillaje del metal en el S. XVI). Las prácticas tienen sentido dentro de un contexto social (historia global). Es una historia global (incluye una referencia a la totalidad organizada), no universal. Es imposible la reconstrucción discursiva del pasado desde el punto de vista social completamente. Supone un cambio de problemática. No se intenta describir lo más verídicamente posible un acontecimiento histórico. Se establece hipótesis a través del arsenal metodológico sobre la estructura social. La historia se socializa.

Cita de Marc Bloch, los reyes taumaturgos:
“¡La realeza! Su historia domina toda la evolución de las instituciones europeas. Casi todos los pueblos de Europa occidental han sido gobernados por reyes hasta nuestros días. El desarrollo político de las sociedades humanas en nuestros países se ha resumido casi únicamente, y durante un prolongado período, en las vicisitudes del poder de las grandes dinastías. Mas para comprender lo que fueron las monarquías de antaño, para explicar sobre todo su vasta ascendencia sobre los hombres, no basta con aclarar hasta el último detalle el mecanismo de la organización administrativa, judicial, financiera, que ellas les impusieron a sus súbditos (historiografía del S. XIX). Tampoco basta con analizar en abstracto, o tratando de deducirlo de algunos grandes teóricos, los conceptos del absolutismo o de derecho divino. Es preciso también penetrar en las creencias y hasta en las fábulas que florecían entorno a las casas reinantes. En muchos aspectos todo este folklore nos dice más que cualquier tratado doctrinario”

- La idea de la totalidad.
Se refiere al modo especifico que una sociedad en un momento dado tiene de organizar su marco de interdependencias sociales (no se da desde siempre, es mutante, variable, contingente). Ejemplo: enfoque materialista del estudio de las ideas políticas. Tales ideas se insertan tales en el marco contextual que las vieron surgir. Interesa la relación de los enunciados con la sociedad que da cuenta de ellos.
- Las representaciones como síntomas.

• Una historia de la LARGA duración. Se cuestiona radicalmente la concepción vulgar del tiempo aplicada al mundo de la historia. El tiempo vulgar es el tiempo que se presenta a sí mismo como un tiempo común a la conciencia y a las cosas donde las acciones históricas, humanas son concebidas únicamente en su sucesión cronológica. Los sucesos posteriores suceden de los inmediatamente anteriores y se hacen comprensibles gracias a ellos.

- Cuestionar la concepción unidimensional del tiempo histórico.
Solo se puede acceder a los acontecimientos visibles, aquellos que han suscitados la producción de textos por parte de los contemporáneos. El nuevo enfoque es que existen múltiples tiempos (formas distintas de temporizar el tiempo histórico).

- Dialéctica de la duración: hacia una lectura plural del tiempo histórico.
Existen múltiples fenómenos humanos (muchos códigos temporales), solo observables si se adoptan ciertos criterios de priorización.

- Los tres tiempos de F. Braudel.
a) Temporalidad de corta duración. Tiempo propio de la historiografía evenemencial o episódica. Ej. Muerte de un jefe de estado, conquista de algún pueblo. Son acontecimientos típicos del periodismo, de los sucesos.
b) Tiempo medio o de coyuntura. Tiempo de los economistas y sociólogos. Se precisa los fenómenos humanos de masa. Ej. Ciclos de los economistas, prácticas políticas estudiadas por los sociólogos.
c) Temporalidad de larga duración. Procesos muy largos (incluso milenarios) de las realidades (largo aliento) más duraderas y profundas de las sociedades. Ej. Dependencia al trigo de un grupo humano, sistemas de construcción, actitud mental hacia el trabajo…

Cita de Foucault, la arqueología del saber (1969):
“Desde hace décadas, la atención de los historiadores se ha fijado preferentemente en los largos periodos, como si, por debajo de las peripecias políticas y de sus episodios, se propusieran sacar a la luz los equilibrios estables y difíciles de alterar, los procesos irreversibles, las regulaciones constantes, los fenómenos tendenciales que culminan y se invierten tras de las continuidades seculares, los grandes zócalos inmóviles y mudos que el entrecruzamiento de los relatos tradicionales había cubierto de una espesa capa de acontecimientos. (…) Por detrás de la historia atropellada de los gobiernos, de las guerras y de las hambres, se dibujan unas historias, casi INMOVILES a la mirada, historias de un débil declive: historias de las vías marítimas, historia del trigo o de las minas de oro, historia de la sequía y de la irrigación, historia de la rotación de cultivos, etc. Las viejas preguntas de análisis tradicional (¿qué vínculo establecer entre acontecimientos dispares?, ¿Cómo establecer entre ellos un nexo necesario?, ¿cuál es la continuidad que los atraviesa o la significación de conjunto que acaban por formar?, ¿se puede definir una totalidad, o hay que limitarse a reconstruir los encadenamientos?) se remplazan en adelante por interrogantes de otro tipo: ¿qué estratos hay que aislar unos de otros?, ¿qué tipos de series instaurar?, ¿qué criterios de periodización adoptar para cada una de ellas? (…)

Una historia interpretativa o una “historia-problema”.
En contraposición a la historia-relato. Concepto elaborado por los primeros annales. Se valora la interpretación. Se reivindica el papel conscientemente productivo de la interpretación (se convierte en algo presente en todos los momentos de la práctica historiográfica determinando la forma en que los materiales deben ser pre comprendidos). Se invierte la secuencia cognoscitiva de la historiografía decimonónica (se determinaba los hechos históricos y luego se podrían interpretar). Para annales la interpretación es punto de partida, no de llegada. Un mismo tipo de documento ofrece un listado no limitado de información. La historia parte de preguntas y problemas específicos que afectan a lo que los materiales pueden decir de sí mismos. Ej. Declaraciones de sucesión de los archivos fiscales del S. XIX. Podemos obtener información de las grandes fortunas del S. XIX, noticias sobre los regímenes matrimoniales y tipos de lotes, movilidad geográfica de los herederos, causas de la mortalidad (reconstrucción de la morbilidad poblacional), etc. Los materiales no hablan, es el historiador quien les hace hablar mediante preguntas. El historiados conoce el devenir de las acciones (conoce el futuro del pasado). Es un marco de referencia donde el historiador lee de determinada manera el material de estudio. Tenemos que saber las consecuencias para saber historiar.

- El papel conscientemente productivo de la interpretación.
Antes de acometer el examen crítico de las fuentes elegimos determinados documentos y no otros. El presente influye en esa elección.

- La pregunta o hipótesis histórica.
Se considera los materiales y la forma de preguntar (¿cómo hablan los materiales?). Existen sesgos introducidos por el historiador (no son pasionales sino tienen que ver con los intereses inconscientemente estructurado).

Cita de Febvre, combates por la historia:
“Habéis oído bastantes veces repetir a nuestros mayores: ‘El historiador no tiene derecho a elegir los hechos. ¿Con qué derecho? ¿En nombre de qué principios? Elegir, atentando contra la “realidad” y por tanto contra la “verdad”. Siempre la misma idea; los hechos: cubitos de mosaicos muy distintos, muy homogéneos, muy pulidos. Un temblor de tierra dislocó el mosaico; los cubos se hundieron en el suelo; retirémoslos y, ante todo, veamos de no olvidar ni uno solo; alcémoslos todos. No escojamos… Eso declaran nuestros maestros, como si por el solo hecho del azar que destruyó tal vestigio y protegió tal otro toda la historia no fuera una elección. ¿Y si no hubiera en ella más que esos azares? En realidad la historia es elección. Arbitraria, no. Preconcebida, si. (…) Ahora bien, sin teoría previa, sin teoría preconcebida no hay trabajo científico posible. (…) Un historiador que rehúsa pensar el hecho humano, un historiador que profesa la sumisión pura y simple a los hechos, como si los hechos no estuvieran fabricados por él, como si no hubieran sido elegidos por él, previamente, en todos los sentidos de la palabra “escoger” (y los hechos no pueden no ser escogidos por él) es un ayudante técnico. Que puede ser excelente. Pero no es un historiador.”

Historia comparativa.


3. La irrupción de las ciencias sociales (sociología, economía, etc.) en el campo de la historiografía.

Historiografía siglo XIX = El pasado estaba subordinado al principio de inteligibilidad del presente (datos según la percepción). Solo es historiable lo que ha sido conscientemente percibido (lo que ha suscitado la producción de textos).
Ahora no se asume como único marco posible de análisis el horizonte cronológicamente registrable de los participantes en un acontecimiento. Ejemplo: primeros estudios sociológicos en las mediciones estadísticas (técnicas cuantitativas). A la sociología le interesaría los datos que recoge en función de ciertos criterios de índole abstracto (ingresos…).

• La idea de Ruptura con el modelo de la experiencia vivida.
La observación sociológica (científica) no se corresponde con la observación inmediata de las cosas porque somete a estas a una consideración previa. Se rompe con una concepción típicamente empirista.

• ¿Cómo se consuma esa ‘ruptura’ en el plano de la investigación historiográfica?

- A través de una ampliación del abanico documental: los testimonios involuntarios.
Ej. Cuentas de una empresa, escrituras de tasación, manuales de buenas conductas, testamentos, vasijas (objetos materiales naturales o artificiales), etc. Además, los documentos escritos se leen de diferente manera. Otro ejemplo paradigmático es la reconstrucción de la pre historia (no se tiene documentos escritos pero si objetos materiales).

- A través de una tematización distinta del documento: la serialización.
El documento deja de ser considerado como huella de un testimonio subjetivo acerca de las intenciones de los actores históricos (reflejo del pasado). Se concibe como un conjunto de índices a partir de los cuales la interrogación científica puede construir sus propios objetos de investigación (ej. Estructuras demográficas, políticas, ideológicas). Se deduce que estas nuevas fuentes documentales deben mostrarse susceptibles de ser organizadas en series. Son documentos anónimos (registros, certificados matrimoniales, precios) que permiten un tratamiento de lo social a escala masiva. Una fuente seriada es aquella de la que se puede extraer un contenido expresado numéricamente (escrituras de tasación, cuentas de una empresa…). Supone una repetición regular de datos. Es una repetición seleccionada y construida en función de una hipótesis de investigación. Presupone una multitud de documentos. El objetivo final de la serialización es establecer correlaciones entre series distintas. Esto nos permite habar sobre las tendencias a medio o largo plazo de ciertos comportamientos. La historia se hace comparativa y aporta el acceso a la larga duración.

• Evacuar al sujeto como punto de partida del análisis.
Los móviles ideales de las personas sirven como criterio explicativo de la estructura social. Nos centramos en el estudio cotidiano (cultura material). Ligamos al sujeto a una temporalidad que no es la suya aunque sea un fenómeno humano.

Cita de Duby, Historia social e ideología de las sociedades (documento de la historia de las mentalidades)
“Aun así, no hay que esperar alcanzar sin dificultad los sistemas ideológicos más triunfantes. Pues es algo excepcional que estos conjuntos complejos constituyan, en su totalidad, el objeto de una expresión deliberada (…). Quienquiera reconstruirlas en su totalidad, tiene que reunir innumerables índices, difundidas entre todos los vestigios, siempre lacunares y confusos, que subsisten de tales conductas. Exhumar los sistemas ideológicos del polvo del pasado impone detectar, ensamblar e interpretar una serie de signos dispersos (…) Entre las fuentes documentales más accesibles y aquella cuya enseñanza es más clara, figuran evidentemente todos los escritos de propaganda, los tratados de buena conducta, los discursos edificantes, los manifiestos, los sermones, los epitafios, las biografías de héroes ejemplares, en definitiva, todas las experiencias verbales que un medio social da de las virtudes que reverencia y de los vicios que reprueba (…) No obstante, la cosecha podría ser aún más abundante entre los documentos no escritos, pues la ideología encuentra una expresión a veces más directa y más grávida en las articulaciones de signos visibles. Los emblemas, las costumbres, las insignias, los gestos, el cuadro y la ordenación de las fiestas y ceremonias, la forma como se dispone el espacio social, atestiguan efectivamente cierto orden soñado del universo (…). Luego de haber detectado todos esos indicios, conviene, ante todo, reunirlos, para reconstruir el sistema en su coherencia, en su ordenación formal a partir de todas las huellas por él dejadas”




Bibliografía:
  • Aguirre Rojas, C.A. La escuela de los Annales. Editorial Montesinos. Barcelona. 1999.
  • Braudel, F. Las Ambiciones de la Historia. Editorial Crítica. Barcelona. 2002.
  • Le Goff, J. Pensar la historia. Editorial Paidós. Barcelona. 1991.
  • Pereyra, C. El sujeto de la historia. Alianza editorial. Madrid. 1984.

Estas tres sesiones son un resumen del seminario 'Historia y ciencias sociales, una mirada crítica sobre la reconstrucción discursiva del pasado' impartido en la UNED por el profesor David Domínguez.

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