domingo, 22 de junio de 2014

De aquellas mentiras...



Culpar a Barack Obama del naufragio de Irak será rentable políticamente en EEUU a corto plazo, pero es parte de la misma ceguera que ha destrozado dos países: Irak y Siria. La misma que devolverá a los talibanes al poder en Kabul. Los republicanos estadounidenses señalan a Obama por retirar las tropas en diciembre del 2011. Ninguno se acuerda de George W. Bush y de sus halcones neocon, de sus mentiras para justificar una guerra que, además de ilegal, era innecesaria. No voy a criticar el envoltorio ético, el motor de lo que sucede en Irak, sino fallos concretos que han propiciado que una milicia próxima a Al Qaeda esté a las puertas de Bagdad.

PRIMER ERROR. EEUU invadió con una fuerza escasa: 192.000 soldados frente a los 700.000 de la llamada guerra del Golfo, en 1991. Donald Rumsfeld partió de una ficción: la población los recibiría como a libertadores.

SEGUNDO ERROR. Creerse su propia propaganda. La CNN retransmitió en directo el 9 de abril del 2003 el derribo de la estatua de Saddam Hussein. Parecía el final de la guerra, cuando en realidad era el inicio de otra que sigue.

TERCER ERROR. Las órdenes firmadas por el virrey Paul Bremer que disolvían las Fuerzas Armadas y el Partido Bass. Iraq es un país artificial, inventado después de la primera guerra mundial para colocar a un rey amigo de los británicos; el Ejército y el Partido eran las únicas instituciones que lo vertebraban. Lo que Bremen firmó fue la disolución de Iraq.

CUARTO ERROR. A finales de abril estallaron los saqueos. Una turba se lanzó a las calles de Bagdad a barrer con todo. Cerca de 170.000 objetos de enorme valor fueron expoliados del Museo Nacional. El daño al patrimonio es incalculable. Los EE.UU. no hicieron nada para impedirlo.

QUINTO ERROR. Si Bush y sus Halcones hubiesen leído historia  sabrían que de cualquier ocupación surge una resistencia armada. En Iraq nació en julio del 2003. Después de cuatro años en dirección equivocada en el 2007 se cambia el paso: aumentan las tropas concentrándolas en la capital y se compra la insurgencia sunnita para lanzarla contra Al Qaeda. El plan funciona y se abandonan esas milicias a su suerte. De esa resistencia sunnita nace el ISIL, el grupo que amenaza Bagdad. Primero a Siria, otra catástrofe de la política exterior norteamericana, ahora a Iraq.

CONCLUSIÓN. En Iraq no había armas de destrucción masiva. Solo un dictador sanguinario colocado en el poder por la CIA en los años 60 por miedo al partido comunista de Iraq. Tampoco había terrorismo, aunque Cheney se empecinó a vincular Saddam con Bin Laden.
Se hizo una guerra para liberar Iraq, democratizar el Próximo Oriente y acabar con el terrorismo. En Iraq han muerto más de 600.000 civiles, según la revista Lancet, el país está a punto de desaparecer, el mundo es más inseguro y en Iraq campa Al Qaeda.
Un éxito con padres concretos: Bush, Blair y Aznar.

Ramón Lobo. Periodista.

Fuente: El Periódico.

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