lunes, 26 de marzo de 2012

Pacto de los fundadores (II)

B.- SITÚE  CRONOLÓGICAMENTE EL TEXTO Y COMENTE  EL  FENÓMENO  SOCIAL Y ECONÓMICO DE LA HISTORIA DE GRECIA AL QUE SE REFIERE EN FUNCIÓN DE DICHO TEXTO.
El texto es una inscripción epigráfica que se corresponde al decreto de fundación de Cirene. El descubrimiento de este decreto (Meiggs-Lewis, nº 5), copia del original del siglo VII a.C. en el que se establecían las normas de colonización en Cirene por parte de los habitantes de Tera, fue fundamental para confirmar muchos de los aspectos técnicos de la colonización señalados por Heródoto y poder discernir lo legendario de lo histórico. Hasta entonces sólo se tenía información por un pasaje de Heródoto (IV 148-162). Se sabe que el decreto está fechado en el siglo V a.C. por lo que es una copia. La apoikia se fundó en 630 a.C., en la época arcaica plena de Grecia durante la segunda colonización griega. Las distintas colonizaciones son un fenómeno social y económico muy característico en la época del arcaísmo pleno (750-550 a.C.). Se tienen distintos tipos de fuentes como las arqueológicas (cerámica, restos de cultura material…), las epigráficas (la presente inscripción) o las literarias (obras de Heródoto, Tucídides…). El destino de las colonizaciones fue variado. En la segunda etapa (675-550 a.C.) aumentó el área de extensión hacia el norte en el Ponto Euxino, hacia el sur llegando a Egipto y la Cirinaica y hacia el oeste a Sicilia, Magna Grecia, Galia e Iberia. Las causas de las colonizaciones son diversas, algunas relacionadas entre ellas. En primer lugar habría que mencionar el progresivo incremento del poder de los aristoi. Esta clase dominante va haciéndose con el control de las tierras de los pequeños propietarios. Éstos, privados de sus parcelas, deberán subsistir trabajando para los aristoi o trasladarse a la ciudad para buscar nuevas formas de ganarse la vida. A esta situación hay que añadir el incremento de la población perceptible desde mediados del siglo VIII. Ello favorecía la progresiva fragmentación del lote de tierra ya que el sistema de herencia en Grecia exigía la división de la tierra en partes iguales para todos los hijos. Estas parcelas resultaban cada vez más pequeñas e insuficientes para las necesidades familiares. Todos estos factores desembocaron en una escasez de tierra y exigió unas soluciones de emergencia como buscar tierras con fines agrícolas lejos de su ciudad de origen. Asimismo las nuevas ciudades contaron con la riqueza que proporcionaba la artesanía y el comercio estableciéndose nuevos mercados para la importación y exportación de materias primas y productos manufacturados. Sin embargo este fenómeno de la colonización sólo solucionó en parte los cambios demográficos y económicos existentes en las polis por lo que las tensiones sociales y los problemas políticos se intensificaron (stasis). La formación de una apoikia no es una simple aventura comercial ni una emigración particular. Constituir una nueva polis implicaba una gran organización desde la metrópolis y una configuración siguiendo una serie de requisitos. Las tareas a realizar eran: nombrar a la persona al mando de la expedición que ejercerá de rey en la nueva polis (oikistes), seleccionar a aquellos que formarían la expedición, obtener los medios necesarios para la navegación y conseguir la sanción político-religiosa por parte de la metrópolis. En el pacto de los fundadores de Cirene podemos constatar que Bato ejerce de oikistes, que la asamblea y el Oráculo han dado el visto bueno para la formación de la nueva colonia, quienes pueden ir de forma voluntaria o no a la expedición y que represalias se tomarán en caso de que las personas obligadas a ir quebranten su juramento. En Cirene fue la sequía y el hambre las principales causas que provocaron el envío de colonos hacia otras tierras. Las colonizaciones no fueron sincrónicas ni procedieron de todas las polis griegas. El número de colonizadores en la mayoría de las expediciones debe de haber sido pequeño, quizá de doscientos o menos (según Heródoto, Bato salió de Tera con dos galeras de cincuenta remos). Los colonizadores debían ser hombres solteros en edad de combatir, quizá hijos de familias que tenían más de un heredero. También es probable que al menos algunas de las colonias agrícolas hicieran uso de los nativos como servidores para el laboreo. Existía un pequeño contingente militar para proteger a los colonos de posibles ataques nativos aunque prevalecían las relaciones pacíficas con los habitantes de las regiones colonizadas. En ese sentido la existencia de matrimonios mixtos en las colonias y otras influencias nativas son una característica comprobada por las fuentes. Así, según Heródoto, ciertos tabúes acerca de la dieta eran practicados por las mujeres en Cirene. Las consecuencias económicas, sociales, culturales y religiosas de todas estas colonizaciones son bastante significativas. Se consiguió un auge económico y un amento del comercio en la metrópolis y en los nuevos establecimientos. Se incrementó la importación de materias primas a las ciudades griegas (metales, cereales…) y se exportaron a las colonias productos manufacturados (cerámicas, armas, marfil, tejido…). Relacionado con la economía se generalizó el uso de la moneda, el crédito y las unidades de medida griegas. Se modificó las estructuras sociales y políticas. Ello se debe a que los colonos tuvieron la posibilidad de obrar sin trabas ni cortapisas impuestas por los antiguos sistemas de las polis pudiendo abrir nuevos caminos a la sociedad. Asimismo se estimuló el desarrollo del pensamiento, surgiendo figuras como Tales de Mileto o Pitágoras. En general se contribuyó al progreso de otros pueblos más atrasados al extenderse la cultura griega (propagación del helenismo) por el mar Negro y todo el Mediterráneo. Las creencias y cultos ancestrales experimentaron importantes transformaciones en su adaptación al nuevo mundo.

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