domingo, 7 de septiembre de 2014

La gran brecha alemana y el milagro del Marne (PGM)



En un escenario de guerra nunca visto anteriormente, con un millón de hombres en cada bando, los dos ejércitos (el francés y el alemán) se iban a jugar el resultado de la guerra. La mañana del domingo 6 de septiembre los ejércitos aliados avanzaron a lo largo de un frente de más de 200 kilómetros.
Mientras, los alemanes tenían un problema. Durante el avance del I Ejército, el general Kluck había perdido el contacto con el II Ejército, del general Bülow. Entre los dos había quedado un espacio libre de 19 kilómetros de anchura,
Cuando esta información llegó al Alto Mando aliado, el general Joffre decidió lanzar un ataque sobre el Ejército de Bülow, para inmovilizarlo. Al mismo tiempo, dispuso que las tropas británicas se adentraran en la brecha que dividía a los dos ejércitos alemanes. Joffre ordenó a los ejércitos franceses detener su ordenado repliegue, para que girasen sobre sus talones y contraatacar, empezando por una ofensiva desde París sobre el flanco abierto de von Kluck y, posteriormente, lanzar el grueso del ejército hacia el centro alemán. Joffre decidió entonces transportar tropas desde Lorena y Alsacia y reforzar con ellas tanto su centro, como la ofensiva desde París, creando el 6º Ejército a cargo del General Maunoury con nueve divisiones y dos divisiones de caballería.
Al descubrir Kluck la operación, acudió en defensa de Bülow atacando a los franceses que le amenazaban. La situación de los soldados franceses era muy delicada porque se veían atacados por los dos flancos.

Pero entonces ocurrió lo que se ha conocido como el milagro del Marne. Ante la debilidad del Ejército francés, que se encontraba a punto de hundirse bajo la presión de los hombres de Kluck y Bülow, y los problemas en las líneas ferroviarias que dificultaban el traslado de refuerzos, el gobernador militar de París, Gallieni, decidió militarizar los 1.200 taxis de París.
Los guardias pararon a todos los taxis que encontraron diciéndoles que se trataba de una emergencia. Hicieron bajar a los pasajeros y mandaron a los conductores con sus vehículos a la explanada situada delante del Palacio de Les Invalides. A partir de las 22 horas empezaron a concentrarse numerosos taxis a los que solo se les explicó que debían cumplir una misión especial que ya les sería comunicada en su momento.

Para la gran mayoría de estudiosos de la PGM, la decisión de von Kluck de virar, desechando para siempre el Plan Schlieffen, es uno de los momentos decisivos de la campaña, y de la guerra en general. Y razón no les falta, pero como suele suceder en estos casos, esa decisión fallida no surgió de la nada, sino que estaba fundamentada en una cadena de errores previos, en la falta de información, en la von Kluck sobre estimación de las capacidades propias y en la subestimación del enemigo. 
Primero, una de esas fatales decisiones fue la retirada del ala derecha por parte de von Moltke, de dos cuerpos para  reforzar el frente oriental, hombres que si bien no hicieron mucha falta para derrotar a los rusos, podían haber cambiado el signo de los acontecimientos en el Marne. 
Segundo, los generales alemanes nunca recibieron información fidedigna sobre los movimientos y la situación general del enemigo. Como hemos visto, tanto von Kluck como sus colegas estaban convencidos de que los aliados estaban derrotados y sólo hacía falta sellar la victoria, un gran error por parte de la inteligencia alemana. 
Tercero, los generales alemanes creían tanto en la superioridad de sus fuerzas y en la debilidad del enemigo que no creyeron posible un contraataque, y no se prepararon para esa eventualidad.

Fuentes:
  • cienciahistorica
  • La Primera Guerra Mundial. El inicio de la Guerra. Historia y Vida. Josep Maria Ràfols y Lluís Riera. Luppa Solutions. Barcelona. 2014.

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